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En juego con tu libro este artículo que me publico el Sol de Tijuana el lunes 19 de Diciembre:
Cultivar el alma
Aquí mismo hice una critica acre a las cadenas de cable y de antena que monopolizan e imponen su estúpido mercantilismo limitando y corrompiendo al televidente. Sabido es que los acaparadores de los medios insisten en reproducir hasta la náusea lo que deja más dinero. Alientan el consumismo irresponsable, bombardean con el anuncio de productos fraudulentos tecnología atrasada y promueven a tiendas y prestamistas que practican el agio.
Una situación así es mucho más grave en una república con una crisis de injusticia, de corrupción y de desigualdad social como la que padecemos. Cuando las diferencias injustas entre los que tienen mucho y los que carecen de todo, es tan abismal y tan persistente que no se le ven salidas, nada raro es que haya también crisis de desencanto, de infelicidad y de crímenes violentos. Nadie niega, en este último aspecto, que la única salida sería acelerar una reforma educativa a fondo. Pero ésta no puede darse cuando el Estado se niega a tener una buena ley que limite y prohíba el uso de los medios masivos de comunicación para corromper a la población. Porque eso, y no otra cosa, logran las cableras y compañías de antena satelital con su política.
En medio de ese panorama desolador, vemos una excepción que debe merecer un elogio. Se trata de la fundación de la Cineteca internacional del Centro Cultural de Tijuana donde se ha puesto una buena muestra de cine. Hay, en esto, un gran acierto de la Secretaría de Educación, su Dirección de cine; y, específicamente, de Virgilio Muñoz que se empeñó en que Tijuana fuera la segunda ciudad, después de la de México, que contara con una amplia sala de cine de arte accesible a la generalidad de la población de nuestra urbe.
El Estado tiene el deber de “invertirle” a la buena cultura. Es preciso ir creando un nuevo público que exija calidad y acceso al buen cine y a la cultura en general. Este nuevo cine educa por el medio que, quizá, resulta el mejor: el de asomar al espectador a la genuina belleza que nos transmiten la mayoría de los buenos filmes. Educar es un deber, no sólo del Estado, sino de todos. Por contraste, las empresas privadas que promueven espectáculos no tienen tiempo de ocuparse de esto. Por el contrario, lo desechan, lo evitan. Hace ya más de un año, una de esos cines que se autonombran como VIP, situado en zona elegante, ofreció varias funciones de ópera desde los grandes teatros del mundo. Pudimos ver una Carmen desde el Liceo de Barcelona y una Aída desde la ribera de uno de los lagos austriacos. Al ver que no repetían más esas funciones, pregunté a la Empresa que, sólo me dijo que ese tipo de funciones ya no estaban en sus planes.
Una televisora californiana que transmitía la estación ARTS, que patrocina una fundación que, sin anuncio alguno, transmite selecciones muy bien escogidas de música de concierto, trozos de ópera y ballet, así como de música popular y escenas selectas del cine de arte, salió del aíre. Esta empresa sí me explicó la suspensión: “era incosteable” Abandonaron el barco.
Se dirá que una empresa no es para perder. Pero ¿qué decir de las grandes cadenas? Sky, Cablemás y Yoo ambas de televisa, cuando excluyen de su programación principal a las poquísimas estaciones culturales con que contaban, lo hacen para cobrarle más al televidente que sí las quiere. Así suprimieron a ARTS, y hoy y cobran extra por los canales UNAM, judicial y otros.
Se cobra extra por lo que no idiotiza. El único criterio para hacerlo es el dinero fácil. La basura, en tanto produce dinero fácil hay que ensancharla y encarecerla más. ¿Que por qué nuestros estudiantes, en un gran porcentaje, están pasando una crisis de lectura y escritura? ¿Que por qué hay tantos “ninis” (que ni estudian ni trabajan)? La respuesta es sin duda compleja, hay varios factores como concausas. Pero nadie se atrevería a negar que, en gran parte, ese fenómeno se debe a una sociedad materialista que, sabiéndolo o no, se está autodestruyendo a sí misma. El mercado con un Estado ausente, corrompe. Pero a los políticos parece convenirles gobernar para ciudadanos que no acostumbran pensar.
La COFETEL dice que ya va a lograr extender la oferta televisiva, aún bajo el régimen de la ley televisa. Entre la Secretaría de Comunicaciones, el congreso federal y la COFETEL, cuyo titular habla muy rápido pero no dice ni resuelve nada, se pasan la estafeta de mantener al televidente mexicano con una televisión muy cara y muy mala. Por otro lado y, como he dicho, las empresas privadas sólo utilizan la etiqueta de tener “responsabilidad social” para adornarse, como lo hacen los políticos, cuando prometen justicia social. En materia de cultura mantienen, a unos, aullando de hambre; y, a otros de indignación. Todo esto en un país en crisis educativa, económica, de impunidad, de ausencia de justicia y con unas mafias criminales actuando a todo lo que dan.
Son algunos sabios los que recuerdan al mundo de hoy lo que debería de hacerse. Es el caso del rabino principal de Inglaterra, Dr. Jonathan Saks, quien afirma que la crisis económica que mantiene postrada a Europa “es, en su origen, una crisis de fe” Opina que “el alma de occidente es un alma enferma”.
En efecto, “Judíos y cristianos dedicaban (antes) inmensas energías a enseñar a los jóvenes las vías de la bondad y la rectitud, a ser responsables. Ahora hemos convertido a nuestros niños en mini consumidores, dándoles teléfonos móviles en lugar de nuestro tiempo. El resultado, en Gran Bretaña, es una generación de niños más infelices y propensos a la depresión, al abuso del alcohol. La sociedad de consumo resulta ser muy eficiente en la creación y distribución de infelicidad. Mi padre llegó al Reino Unido huyendo de la persecución en Polonia y había conocido la pobreza. Pero, al igual que sus contemporáneos, tenía una rica vida espiritual, cultural y comunitaria. Disfrutaba de la música clásica y la pintura. Amaba la sinagoga; tenía fuertes lazos familiares.” ¿Qué podemos hacer ahora?
“Hay una expresión significativa que Benedicto XVI ha utilizado con frecuencia: minorías creativas. Si hay algo que los judíos saben ser, es minoría creativa. Así que mi propuesta es que judíos y católicos busquen serlo juntos. Deberíamos promover la fuente de energía más desatendida en la sociedad consumista: el altruismo. Deberíamos reclutar a líderes empresariales que nos ayuden a enseñar que los mercados necesitan moral; aprovechar este momento de recesión para restaurar el orden justo de las cosas que tienen valor, pero no precio: el matrimonio, la familia, el hogar, la amistad que construye comunidad, el sentido de gratuidad y de acción de gracias… Éstas son las auténticas fuentes duraderas de la felicidad” Cfr. Síntesis publicada por la Revista Electrónica Alfa y Omega de Madrid, Diciembre de 2011.
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